Monday, May 14, 2007

El habitado y los habitaquos

Dos habitaquos reñían por la preferencia de las habitaquas; y al fin uno puso en fuga al otro.
Resignadamente se retiró el vencido a un matorral, ocultándose allí. En cambio el vencedor orgulloso se subió a una tapia alta dándose a cantar con gran estruendo.

Mas no tardó un habitado en caerle y raptarlo. Desde entonces el habitaquo que había perdido la riña se quedo con todo el gallinero


A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate